"Si no te ves en los lugares que uno quiere estar, es muy difícil estar..."

-        ¿Cómo estás, Andrés?

¿Qué cómo estoy? muy bien, muy feliz. En ese estado de felicidad que, para mí, es un estado de búsqueda permanente.

-        ¿En que escenario de la vida se encuentra hoy Andrés Bolletta?

Creo que, asentado en mis 41 años, en mi profesión, haciendo solo lo que me gusta hace muchos años, más de 15 – 18 años… desde el año 2005 que me recibí, cuando recibí mi matricula nacional empecé a hacer solo lo que me gusta. Incluso renuncie a un trabajo rentado como empleado en el rubro de transporte de carga general, con un alto rango y un alto cargo: a los 22 años ya era tesorero, y solo quería dedicarme a esto. Hoy, en una etapa distinta, como prioridad hago solo lo que me gusta, elijo hacer lo que me gusta. Tanto en mi profesión, como en mi vida cotidiana. Es por eso que tengo mi propio medio, para no depender de nadie, ahí me siento libre de comunicar lo que tengo ganas de comunicar.

-        ¿Con que sueños? ¿Con que intenciones? ¿Con que deseos?

Sueños, permanentemente. Siempre se me presentan desafíos nuevos. Más que sueños los tengo como desafíos. Y tengo como que la vida es una constante superación de desafíos y plantear lo nuevo. Sueños, deseos, intenciones… en realidad eso, permanecer en este estado, en el cual voy soñando y voy siempre planteándome retos nuevos.

Ahora en marzo empiezo a hacer radio, en un formato que también esta adecuado a lo que me gusta, desde mi estudio personal, en mi casa, poder salir para muchas radios FM, o web del país, con la propuesta de poner la pava todas las mañanas, para otras poder plantearles material todos los días. Programas de 9hs a 13hs, va a salir en vivo y el que no lo quiere en vivo, lo puede bajar y pasarlo en cualquier momento del día. Con un formato adicional que es el estudio móvil desde los lugares donde me convoquen, donde tenga ganas, donde me agarre el destino, donde un viaje me proyecte por trabajo o por disfrute y poder hacerlo con la misma naturalidad que se hace desde un estudio de radio. Incluso desde la casa de los oyentes, donde ya empecé el año pasado y el anterior a cumplir esos sueños, quizás del oyente y también mío, de cambiar el paradigma de la radio. Que no salga de un estudio y llegue al hogar, si no que salga de un hogar, de una empresa, de un comercio o de donde fuere y llegue a otros hogares. 

-        ¿Cómo nace esa devoción, ese amor, por el folclore? ¿Por quién?

Creo que, de chico, en realidad, la profesión, los gustos personales, lo eligen a uno más allá de uno elegir. En casa se escuchaba poco folklore al lado de lo que yo hoy escucho permanentemente. Mi viejo iba entre Los Chalchaleros, los Fronterizos, Cafrune, Guaraní, música italiana, que es de dónde venimos. En esa música italiana mi viejo estaba siempre incentivándonos, folklore un poco también. Es como variado, y a la vez, al empecer a gustar y al escuchar ciertas cosas, uno comienza a buscar…es muy difícil ahora en la mano de un celular escuchar lo que uno quiera, pero en ese trayecto, posibilidad, iba recopilando casete o disco, escuchando lo que podía, lo que tenía ganas de escuchar dentro de la música nuestra. Después, en la adolescencia, ir a los festivales, elegir, seguir diferentes artistas, como La Sole… en esa camada de Los Tekis, Los Alonsito, Luciano Pereyra, Barrionuevo, en ese auge que hubo en el ’95 – ’96, que me agarro a mis 12-13 años y que creo que me marco.

-        Hoy por hoy, Jesús María, de los festivales más tradicionales, te tiene todas sus noches. Pisando firme. ¿Imaginabas a aquel Andrés de 7-8 años de grande en uno de los escenarios, festivales, más emblemáticos?

Siempre me soñé en Jesús María, desde chico. Cuando pude empezar a juntar un poco de plata, que siempre fui muy independiente en mis ingresos, y pude comprar mi primer pasaje y mi primera entrada para ir a Jesús María, - cerca de mis trece años -, fui, conocí lo que veía por televisión desde muy chico, me volví loco. Me volvió loco el antiteatro José Hernández, las voces, los artistas, la idiosincrasia y la magia que tiene ese predio. Ese anfiteatro que atrapa y que te permite ser libre por más de que estas ahí dentro. Que te permite observar artesanos, emprendedores, gastronómicos, disfrutar de un pancho, de llevarte los sándwiches, o una conservadora, de lo simple… hasta comer en una parrilla. La magia de Jesús María de chico me atrapo. A esa edad, de 13-14 años, ya sabía que quería hacer, porque ya a esa edad lo experimentábamos en el colegio también, como nos ha pasado a todos, que uno experimenta lo que quiere ser y hacer. Yo lo soñé fuerte, me hice de un sueño, un desafío, de un desafío, un plan, y de un plan empecé a concretarlo… Al menos esa fue la idea siempre. Desde ahí me veía. Porque justamente, si no te ves en los lugares que uno quiere estar, es muy difícil estar. Y no basta solamente con soñarlo. Es muy fácil tirar, a Dios, a la Pacha mama, a lo que crea cada uno, quiero estar. En realidad, no hay que decir solamente quiero estar, sino que hay que plantear un plan y ese plan es el que yo plantee para poder lograrlo.

-        ¿Qué tiene de especial? ¿Sentís en parte que sostener este tipo de festivales es mantener viva la esencia y tradición del folklore?

 Jesús María es nuestro. Nuestros festivales, de nuestras músicas, por más de que le pese a cualquiera, es mantener viva nuestra identidad que es lo que se ha forjado en el tiempo hacia atrás y lo que nos identifica en el mundo, como cada país tiene su identificación por más que tengamos resistencia y pensamientos nuevos con respecto a nuestras tradiciones. A veces pienso que por momentos tenemos nuestros propios enemigos dentro de nuestro propio país. Al que no le guste lo nuestro, que tampoco agreda o critique sin construcción, si no le gusta no le gusta y listo. Pero que deje a los que nos gusta ir hacia adelante. Y hablo del folklore como música, como danza, como comidas típicas, como vestimenta, costumbre y tradiciones… y dentro de las tradiciones todo lo que signifique juegos de ecuestres, jineteada, la doma, e incluso los juegos propios como pato, polo, equitación, salto…todos tienen que ver con el uso de los animales, pero también, con el cuidado de esos animales, que mi pensamiento y creencia están al servicio del hombre y que eso no significa que el hombre le falte el respeto. Tenemos que convivir y estar al servicio por una cuestión de la razón. Todos somos seres en esta tierra y todos debemos evaluaros de los demás. Incluso los animales se tienen que valer de nosotros para sus cuidados, su protección… podemos estar hablando mucho sobre esto, pero es fundamental rescatar, salvar, incentivar, motivar y hacer crecer. No solamente en nuestro festival, si no en todo el año a nuestra cultura argentina desde esos aspectos que te fui nombrando. Fomentar desde la fundación “pone la pava” que llevamos hace tantos años que comentamos la danza, la tradición, nuestras comidas, todo lo que es netamente argentino sin, por supuesto, hacer caso omiso y no tener en cuenta que estamos dentro de una nueva realidad y que esta nueva realidad nos lleva a pensar en modernización. No nos podemos quedar en el caballo, pero si tener un medio, que en muchos lugares es el único, pero que no significa que nos tenemos que quedar todos andando a caballo o todos vistiendo nuestras pilchas gauchas. En mi caso, yo no visto naturalmente pilchas gauchas, pero si respeto y me las pongo cuando tengo ganas de ponérmelas. Como pasa con cualquiera de los gustos, escucho mucha música y escucho nuestra música. Escucho a muchos referentes de diferentes estilos musicales o de diferentes aspectos de la cultura y también a referentes del folklore. Creo que, en el respeto, en la diversidad y en el amor, está la cosa. 

-        Volviendo a vos, y a tu vos del pasado, ¿a que jugabas ser? 

Ser comunicador, ser locutor, ser periodista… a lo que soy hoy, a eso jugaba ser. Creo que la profesión a uno lo elije, y el don de Dios que uno trae y es el que uno recibe, tiene razón de ser si uno lo brinda. De chico tenía un grabador que mi viejo había comprado, un Hitachi que tenía una casetera al medio, radio y dos parlantes a los costados, que grababa de aire. Entonces yo podía musicalizar con la radio lo que encontraba de música y grabar de aire, o a veces con un micrófono muy rustico, casi de juguete, sobre la música y ahí empezar a jugar a hacer radio. Y ahí viene la familia…

-        La familia siempre, o en la mayoría de los casos, ayuda a alimentar ese sueño, a conseguirlo. ¿Qué tan importante fue tu familia para llegar hasta donde estas …?

Mis viejos me dieron la libertad de elegir la profesión que yo quería, que eso es un montón. Nunca vinieron con un mandato social, fue realmente libertad pura. Y cuando se lo plantee, esto de la comunicación, el periodismo, la locución, no era un formato convencional, pero mi viejo siempre fue emprender de las letras, tenía imprenta, y en casa de alguna u otra forma había prensa presente. No específicamente, pero si mi viejo me ponía de muy chico a corregir textos, a ayudarles a armar y desarmar con caracteres móviles letra por letra, la tipografía, y creo que en cierto modo eso ayudo. En la imprenta se escuchaba siempre radio, por las mañanas mi viejo escuchaba una, al día siguiente ponía otra, por lo general AM, después FM… 

Y después mi familia, la que forme con la madre de mis hijas, y mis hijas, que la verdad sostener a una persona que trabaja de esto no es nada fácil. Sostener a un artista que muchos fines de semana no está, donde muchos lunes y martes se convierten en sábado y domingo y donde el asado se come otro día que no es el convencional… no es fácil. Varias cosas que tiene esta profesión linda, que son acompañadas por la familia hasta que, en este caso, el día en que me separe pero que aún sigo, a día de hoy, compartiendo con mis hijas este modo de vida. Ellas saben que así nos vamos fortaleciendo como familia y es la forma que tienen de poder hacer lo que quieren ser.

-        En la vida siempre tenemos canciones que hablan por nosotros en determinados momentos, ahora, en aquel momento, si tuvieses que elegir una canción que hablara por vos, ¿cuál sería?

No es nada fácil. Honrar la vida me hace emocionar. Cualquier versión de honrar la vida me hace emocionar. Es más, la pienso y se me llenan de lágrimas los ojos. Permanecer, transcurrir, honrar la vida… creo que esa canción es la que podría hablar de mí. Hay otras, como “a mi manera”, porque no sé si es correcto, si está bien o está mal, pero siempre a mi manera, nunca copiando nunca tomando la moda para estar vigente. Siempre me he jugado por mi estilo, siempre voy cambiando mi forma, no así mi esencia.

-        ¿Qué te dio como profesional “Pone la Pava”? ¿Qué significó hacerlo? 

“Pone la pava” es como un hijo más, es más nació primero que mis hijas. Obviamente que tienen valor primero mis hijas, Guadalupe y Catalina, de 13 y 8 años, que “pone la pava” que tiene más años, pero que tiene el sentimiento de un hijo, de haberlo hecho crecer, de seguirlo cuidando, y que me cuide. Surgió allá por el año 2008. “Pone la pava” me dio una marca, que la tuve que registrar en esta Argentina bendita donde todo el mundo toma o roba, donde actualmente lo han utilizado para un bloque de un programa personas que hace ya tiempo están dentro de este medio. El “Pone la pava” tiene su identidad; soy yo. Creo que cuando creamos la marca tiene que ver con nosotros. Nadie va a hacer las botas y la historia que hizo Sarkany, ni nadie va a hacer algo parecido a lo que es Fernet Branca, o Coca-Cola, porque todas esas cosas son únicas e irrepetibles, porque tiene la impronta de un creador, entonces eso te garantiza que va a ser único toda la vida. Creo que la gente debería esmerarse en tratar de hacer sus propias marcas o creaciones y no perder el tiempo en copiar, parece lo más sencillo, pero te hace sentir en lo más profundo de la conciencia que fracasaste.

Para mi “pone la pava” significo, y significa, porque está permanentemente mí. Hoy es un multimedio que tiene portal de noticias, redes sociales, radio, televisión, canal de YouTube, y que lo único que le está faltando es si hay o no otra temporada. Que, hoy por hoy, con respecto a si hay o no nueva temporada, en televisión es netamente un problema de plata y no estoy dispuesto a pagar o poner tanta cantidad de plata para que salga un programa cultural de entrevistas en televisión abierta, porque acá en Córdoba hay que remarla mucho, y si hablas de ciertas cuestiones tenes lugar y si no, no. A día de hoy, algunos canales miden, pero la televisión en si mide cada vez menos porque compite constantemente con redes sociales.

-        Estas en radio, quien tiene consigo el poder de la imaginación…. (Cuanto hace que estas, te gusta, lo que significa)

-        Escenario, radio y televisión. Parece todo lo mismo, pero no lo es. ¿Dónde sentís que estas más cómodo?

E orden de prioridades, en escenario, porque eso es en vivo con la gente, y conectarme con la gente para mi es fundamental. Después la radio, porque es lo más cercano a la realidad, la gente responde inmediatamente, y por último la televisión, que tiene un feedback un poco más lejano, más tardío.

-        Frena un instante y mira hacia atrás, ¿Qué ves?

Acabo de frenar, mirar atrás, pero tengo que respirar profundo y ver si la emoción me deja hablar. Primero que veo, que si se puede. Que lo que uno sueña y quiere ver concreto se puede. Veo que todo lo que quise, lo hice. Todo lo quiero, lo hago. Y tofo lo que querré, lo hare. Porque no me falta fuego interior para que la llama nunca se apague. Veo que me desafío constantemente y que me gusta ese desafío. Lo disfruto. Ese desafío no es bronca, no es competencia, ese desafío tampoco es pisar a nadie, sino que es un desafío de compartir y no de competir, permanentemente estoy diciendo eso, porque lo siento así, porque lo vivo así, porque tiene que ser así, entonces ahí voy. En esa estoy. Y en esa voy.  

-        ¿Qué le diría este Andrés del presente al Andrés del pasado?

-        Primero que veo, que si se puede. Que lo que uno suela y quiere ver concreto se puede. Veo que todo lo que quise, lo hice.

Bien changuito. Pudiste. Estas pudiendo. Y vas a poder. Pero lo que te planteaste al comienzo, se dio. Y hay montones de cosas más que hay que seguir planteándose para que se sigan dando. No le aflojes. Y siempre con respeto, sin pisar a nadie, con convicción, tenacidad, coraje. Obligando al destino a que se nos dé, de tanto insistir.

-        ¿Y a aquellos niños, y no tan niños, que sueñan con llegar hasta acá, ¿Qué le dirías? 

Le diría lo mismo que le dice este Andrés del presente al del pasado. Que no le afloje. Que, si le aflojan, que directamente los bloqueo. Que, si tienen ganas de pelearla, ahí tienen mis redes, o mi número, mi fernet siempre servido para lo que necesiten. Pero si no la van a pelear, no, conmigo no.

-        ¿Que sueños te quedan por cumplir? Si es que te queda alguno, claro.

Me voy planteando sueños permanentemente. Capaz sea tener masividad nuevamente en radio, después de un tiempo de hacer radio mas culto. Tener masividad para poder llegar y cambiar el mundo, al menos el más chiquito primero. Cuando digo cambiar el mundo me refiero a cambiarle el pensamiento a alguien que esta sin ganas, y que, a partir de una palabra, o de escucharme, como me pasa a mí, pueda ir para adelante. Pero no a cualquier precio, me gustaría estar, encontrar masividad, pero con los principios y valores que yo ponga. Por eso estoy con mi propio medio.  

-        Para cerrar, ¿Quién es Andrés Bolletta?

Un pibe de barrio. Un changuito de barrio, un pendejo de barrio diría. Soy bien cordobés, nacido en Córdoba Capital, en un barrio bien popular como barrio Empalme, a una cuadra del arco de Córdoba, en el ingreso. Soy eso. Un pendejo de barrio. Un tipo que nunca se olvida de donde viene, de donde vino, donde esta y donde quiere llegar. Que no se cree una figura pública intocable, sino que una persona que, como cualquier otro laburante, necesita de ciertos recursos para desarrollarse, herramientas que me ayuden a crecer.

Andrés es un tipo simple. Un tipo que podría llenarse de plata si quiere, pero que opta por llenarse de amigos, de familia elegida, de kilómetros recorridos, de experiencias, de viajes, de charlas con gente mayor, que vive la vida con un mate, eterno compañero. En mi casa, y en mi vida, todo tiene que ver, todo tiene una coherencia. 

Un tipo que, a su vez, le gusta brindar, con un mate, un fernet, una sado. Un tipo que celebra la salud, porque teniendo salud, tenemos todo los demás.